lunes, 20 de septiembre de 2010

SONRISAS REGALADAS




Las mañanas son soñolientas, han dormido ocho horas continuas, quiero suponer que han hecho pipí en la noche para no humedecer, innecesariamente, la cama. No se como son los desayunos, si frugales u opíparos, no he estado nunca presente. Me imagino que una come mejor que la otra y la otra peor que la una. Ignoro si, algo remolonas, o contentas, van al colegio, seguramente al mismo del año pasado, la misma aula, la misma profesora, los mismos compañeros, pero, eso sí, otro curso mas. No sé en que curso están porque soy casi analfabeto funcional y saben mucho mas que yo, me enseñan muchísimas cosas, yo también a ellas, intercambiamos información.

Regreso a casa, comer, descansar, hacer tarea y jugar, es el diario ajetreo de ambas. Los abuelos, papá, mamá y la Tata, todos las ayudan y las animan a seguir adelante en la vida diaria.

Son dos partes de un solo corazón, cada uno de los progenitores tiene el suyo, el resto del clan familiar tiene su trocito pequeño, como criaturas divinas que son reparten pedacitos a quién los quiera recoger. Yo he tomado mis dos pedacitos y los guardo celosamente en la caja fuerte del mío, al lado de otros trocitos pequeños de otras personitas queridas. Ellas también guardan el trocito que les regalé del mío y que conste que no voy regalando por la calle a todo el mundo algo tan vital.

Son dos angelitos, angelitas mas bien, cada cual con su personalidad única, la una y la otra. Ambas se complementan increíblemente y están pendientes la una de la otra porque, como ya dije, ambas son partes de un todo. Traviesas no son, sonríen y son serias por momentos, como exigen las circunstancias. No perdieron sus alitas al entrar en la tierra, las tienen guardadas.

Viven la infancia pero no son ajenas a lo que les rodea, son inteligentes y no se les puede mentir, sin embargo las verdades de la vida deben ser destiladas lentamente utilizando el cerebro y no la lengua. Cuando me hablan las atiendo y entiendo y en la charla mezclo, o lo intento, diversión con conocimiento del área que puedo representar.

La Tata es casi una madre auxiliar, suplementaria, está pendiente de todo. Ellas corresponden como saben, con amor y alegría. Una casa estaría vacía sin ellas. No permiten que el entorno se convierta en monotonía perpetua, están al acecho para romper el hielo, o lo que haya que romper.

Una excursión de Domingo se convierte en un gran acontecimiento si están presentes, pues ya saben de botánica, geografía, flora y fauna, escriben correctamente, leen a la perfección y dibujan con primor.

No intento hacer un retrato perfecto, no lo es, en todo hay virtudes y defectos. No conocen aún los defectos, los asimilan como parte de los ritmos diarios en que las cosas se elevan, caen y se vuelven a elevar, como un globo de colores. Son dos caracteres distintos pero no están distantes, son como los polos que se atraen irremediablemente. Se refunfuñan, se ríen y hacen todo lo que hacen las personas bajitas, porque no pertenecen a otra galaxia mas que a ésta en que estamos todos subidos, es la nave que nos lleva.

La carita redonda es la de Laura, es una belleza natural, naturalmente bella. La carita con el perfil griego, romano o egipcio, (caben los tres), es el de Anabel, alias Cleopatra. Las quiero porque se han ganado con su dulzura un lugar en mí. Estaré aquí cada vez que me requieran y necesiten, o me llamen, aunque no me necesiten, no me llamen o no me requieran, estaré ahí para ellas.

Soy como el añadido a una carpeta en el ordenador. Están las carpetas principales, las auxiliares, las anexas y las extras, soy una de esas, no se que nombre tiene, da igual, a mi me da igual como me llamen, si me llaman acudo a ellas y estaré encantado de servirles en algo.

Sin quererlo nos regalan amplias sonrisas con sus gestos, nosotros recogemos sus ademanes y aceptando la sonrisa regalada le devolvemos la nuestra. Maravilloso intercambio.