miércoles, 20 de noviembre de 2013



Salí a la calle con una alegría inusitada, algo nuevo y raro ocurría pero captaba con total claridad lo que pasaba.
Las calles me parecieron mas amplias, mas limpias y  mas bonitas de lo habitual. Había mas gente de lo acostumbrado, a mi me lo parecía, o no había reparado en tal hecho. Fijé la mirada con atención máxima porque, por extraño que parezca, la gente sonreía feliz  saludaba.
Las calles y plazas aparecían muy limpias, bien cuidadas, con infinitas flores de diverso color, hasta las tristes edificaciones de siempre me parecieron mas bellas.
Los niños jugueteaban por todas partes, la chiquilleria era toda algarabía desbordada. Los abuelos conversaban pausadamente sin alzar la voz, no hablaban de fútbol, ¡que extraño!, charlaban sobre temas interesantes que a todos nos atañe de una u otra forma.
El cielo estaba resplandeciente, el sol se ocultaba tímidamente tras alguna nube pasajera, no presagiaba lluvia.
La felicidad y la alegría lo inundaba todo.
Desperté bruscamente, había sido un bello sueño.

lunes, 11 de noviembre de 2013

UNA PATA




Juan, Lucas, Antonio, Pedro, Cristobal y otros amigos iban de regreso de un agotador día de trabajo en algún lugar fortuito, digo fortuito porque no tenían lugar fijo de trabajo ni ejercían profesión reconocida alguna. Iban de acá para allá como los turroneros.
Como digo, de regreso de un larguísimo día de trabajo, agotados por la canícula de los meses estivales, descubren un lugar límpido rebosante de fresca agua, sin pensarlo mucho se desnudan y entran en el agua.
Retozan entre bromas durante un buen rato hasta que los retortijones de la barriga le anuncia que es hora de comer.
Se disponen a salir del agua, secarse como buenamente puedan, con el calor reinante no es obra dificil, deciden vestirse y partir.
Cada cual escoge la ropa que había tendido en un lado, por último calcetines y zapatos, pero caracha, a Juan le falta un zapato, tiene solo uno en la mano y el otro no aparece.
Después de mucho buscar, aturdidos quizás por el fuerte calor, alguien repara en que Juan tiene una sola pierna y por consiguiente solo tiene un zapato.
Se ríen a carcajadas del despiste grupal, nadie se había dado cuenta.
Retoman el camino del próximo restauran donde contaran, unas y otra vez, la anécdota del zapato faltante.




viernes, 23 de agosto de 2013

MI CAMA



El arrullo del viento mece el descanso. La quietud y el silencio lo inunda todo con imperceptibles cantos de aves. 
Ella me permite total descanso, me abraza, me abriga.
Su piel suave toca la mía, no hay arrugas, es tersa y firme. Sus "brazos" son amplios para abarcar todo mi cuerpo, me protege con el suyo del frío o el calor. Mi cabeza descansa sobre la suya siempre dispuesta a ofrecer confort. 
Sus piernas son torneadas y fuertes, su frente alta.
Su calor tierno entibia los días fríos. Si lo que siento es calor del estío se desviste para ofrecerme mas placer.
Es única, amable y servicial, dispuesta siempre para el goce placentero de mi cuerpo cansado. 
Jamas protesta, ni un quejido, ni una mueca.
Siento por ella un amor profundo y sensual.
Las sensaciones oníricas encuentran completo desarrollo con ella.
Moriré con ella.

jueves, 8 de agosto de 2013

LA COMPUTADORA




Hoy me levanté enfurruñado, enfadado con el cacharro.
Hago un escrito en la computadora, a la que muchos llaman ordenador, no ordena nada, si tú no le das órdenes concretas no hace nada, nadita de nada.
Pues, hago el escrito y trato de imprimirlo, en la impresora por supuesto, y va y me dice el ordenador que no la reconoce, como que no la reconoce si la tiene siempre pegada al lado?
Más tarde dice que no existe ratón, que lo ubique, no sé si es ratón o rata, pero está ahí, siempre ha estado ahí, pegado al teclado, que no lo quiera ver es otra cosa distinta.
Luego la pantalla se queda en blanco, no puedo leer lo que había escrito, ¡coño!, y ahora?, luego aparece sola. Se referirá la iglesia católica a esta clase de cosas cuando habla de milagros y milagreros?
Mas luego me dice el jodio computador que cambie de usuario, que cambie?, porque lo voy a cambiar si lo he comprado yo ?
Por último, tengo innumerables problemas con lo que llaman idioma, si usas una palabra auténticamente canaria no te la reconoce, a mí que con eso?, me conformo con que me reconozcan el escrito mis paisanos y no otros. Mándense una papa.
Voy a comprar una computa canaria y enchufarla en la penca mas cercana.


miércoles, 31 de julio de 2013

SEMBLANZAS CANARIAS

Te cuento lo que acontece cada día, cada noche en estas tierras. Esos lugares no son recordados con melancolía ni dolor, tampoco tristeza, quizás una pizca de nostalgia. No es un mundo novedoso ni original, común a casi todos, es la comunidad.
Acabadas las labores cotidianas de cada cual, todos se recogen en el hogar. Languidece el día y la luz diurna se difumina paulatinamente en el horizonte lejano, las sombras se abren paso, van al encuentro del sol que nunca alcanzan.
Comienza otra etapa propia, carismática del lugar y de la época, sin alumbramientos modernos que hoy lo opacan todo. Es un mundo increíble, sano, vigoroso, generoso en trabajo y esfuerzo.
Cuando las sombras de la noche lo ocultan todo, lucen nuevas claridades, las estrellas nos regalan su esplendor y la luna nos ofrece su diáfana luz.
En el núcleo familiar se encienden mechurrios, velas, quinqués, lámparas de aceite o petróleo o quizás carburo. El ambiente se torna lúgubre y refleja por doquier infinitas siluetas que los mas pequeños interpretan fantasmagóricas. Las luces amarillean personas y objetos, distorsionan las formas los volúmenes y el color.
En ese escenario particular se reúnen todos, adultos y pequeños, posiblemente en torno a una hoguera. Cada cual comenta una historia, un relato, un cuento o una anécdota, pero son los mas ancianos los que atraen la atención de todos, son los que guardan la memoria, los que embrujan a los mas jóvenes. La atención es total cuando florecen las antiguas historias de la tierra o quizás de algún lugar lejano y desconocido porque siempre existió un viajero que contó lo que vio en otros lares allende el mar.
Las historias pasadas fascinan y despiertan todo el interés de la concurrencia. Son los cuentos triviales de hechizos, brujas y encantamientos lo que atrae particularmente y espeluzna a todos, los pequeños irán a dormir con algún temor. Mañana en el devenir del día habrá que coser en la memoria estas historias porque hay que continuar la tradición.
El entorno escaso de originalidad la infancia y la familia son calcos de cualquier otra. Las moradas son austeras y humildes, la familia extensa, el alimento escaso y el hambre se reparte generosamente.
El progenitor trabaja para el cacique, el abuelo en la escuálida huertita a la que exprime. No conocieron la escuela sin embargo poseen esa innata sabiduría no contaminada que les ha ofrecido la naturaleza. El ambiente rústico y la educación estricta, el amor fraterno lo inunda todo con calidad. El hogar es un fuerte aglutinador. Las remembranzas son mezcla agridulce, como miel y limón.
El humilde hogar es modesto en demasía, construido en piedra seca hábilmente tallada, pocas son las estancias, fuera o en lugar apartado el fogón con tres teniques, la techumbre fabricada con los restos de los cereales de cosechas pasadas, mobiliario escaso y rudimentario. A diario se sucede un milagro para el acomodo familiar. Huele a leña, a fruta fresca, a gañania, a puchero y a bosque, los pocos animalitos danzan con libertad por doquier, los niños juegan sin descanso con cualquier cosa encontrada en el entorno pues los materiales son abundantes y generosos en la naturaleza. No se sabe con certeza lo que falta porque se ignora y son ricos en sangre abundante que bulle en las caras rosadas, en el corazón, en las arterias, es la noble sangre de los ancestro que se abre paso, sangre fuerte que fluye en nosotros como manantial eterno para continuar contando historias nuestras en el futuro, quizás en otras latitudes.
Las sensaciones en el espacio se multiplican en controvertida abundancia. A la calma del lugar le sucede una erupción espontanea que empuja a la acción y nuevamente la paz. Suceden metamorfosis de las cambiantes atmósferas, de la tristeza se pasa a la alegría que se condimenta con el canto aprendido que la colectividad ha heredado. Existe un canto sublime para cada ocasión, para cada sentimiento que aflora.
El ambiente, a pesar de todo, es fértil para la ensoñación. Hay una amplisima paleta de colores, el aire es límpido, se reflejan multitud de verdes, los azules celestes cambian con inusitada frecuencia y el ocre de la tierra compite en variedad. Colinas, valles y montes se engalanan con solícitos colores mientras alguna fuente nos regala los oídos y la vista. No es el paraíso sin embargo se parece con extraña coincidencia.
Las Afortunadas contienen infinitas historias por contar , las conocidas son escasas, erróneas o tergiversadas con malévola intención. Se cuestiona profundamente el latinismo de fortunadas.
En nuestro entorno conocemos amigos y familiares que por generaciones emigran a otras tierras en busca de lo que la propia les niega, el derecho a una vida digna, aún hoy es utopía.
En desvencijadas goletas se han marchado nuestros paisanos, con el hato al hombro con la escasa pertenencia.
La familia queda rota y el porvenir es incierto para el que parte y la magua anida en los que se quedan. El viaje es una aventura con riesgo en las vetustas naves, las viandas pocas, el trayecto largo y penoso. El final, que es comienzo, incierto. Descubrir una libertad no conocida, oportunidades que la tierra propia no ofrece son éxitos, el isleño es bien recibido generalmente, por su talante y esfuerzo en el trabajo. La esperanza de nueva vida alienta a todos y los viajes se suceden con harta frecuencia, el soplo de vida se paga con sangre.
Algunos viajeros no regresaran jamás y los lazos quedan desunidos, estos enraizaran el nueva tierra, quedan injertados y florecen otras ramas con fruto nuevo. Los que regresan si portan plata se ufanan de lo alcanzado, otros retornan derrotados buscando sin acierto el lugar vacío.

Encontraran efímeros cambios, alguna casa, una nueva calle, una placita, otra escuela donde enseñar la añeja monserga, una radio. Serán recibidos con algo de desconfianza como foráneos, no pertenecen a patria alguna. Notaran con sintomática extrañeza que los adelantos que conocieron allá, la apertura mental, acá no se ha establecido, todo está quieto, quizás nunca lo haga, las formas establecidas desde antaño han enraizado y no ha cambiado nada, el pueblo continua siendo un rebaño necesitado de pastor que los guie en trashumancia a nuevos pastos.

martes, 25 de junio de 2013

TECNOLOGÍAS ENVENENADAS



Hace algún tiempo que no he podido agregar escritos en este blog, todo se debe a una concatenación de equívocos de los que soy una parte, la otra principal ha sido Google. Al hacer algunos cambios en el correo electrónico por razones de fuerza, ya que el anterior fue eliminado por el servidor que lo afrecia, me vi obligado a hacer uno nuevo. No quiero recordarlo, Google me ha vuelto loco. Solo a partir de buscar y rebuscar he encontrado soluciones a medias. Esta es una prueba de ello. Espero poder continuar escribiendo.