domingo, 4 de octubre de 2009

MIGRANTES


El bergantin se descuaderna por momentos, las olas embravecidas por el fuerte viento de costado amenazaba virar del revés la frágil embarcación, las velas en jirones apenas resistían el brutal empuje de Eolo. Llevábamos mas de cuarenta días en alta mar, escaseaba el agua y la exigua comida envasada en las cajas de madera y sacos de algodón hacía días que había desaparecido. Nos manteníamos, casi esqueléticos, del poco pescado que conseguíamos izar a bordo.

Habíamos salido, precipitadamente y de forma furtiva, de las “Afortunadas”, de una de ellas, no importa cual, todas son una sola y un solo destino las une. Tiene historias, muchas, desconocidas casi todas, tergiversadas las más. Quién latinizó la “Fortunae” vivió, desde luego, una era diametralmente distinta a la actual. Increíblemente vemos tierra, las soñadas Antillas, islas también “nuestras”.Todos somos jóvenes, muchos imberbes, pero todos animosos soñando con una nueva vida, vida en libertad y prosperidad. Vamos a dejar el fantasma del hambre, la penuria y miseria atrás, para siempre.


Allá quedaron los nuestros, hermanos, padres, toda la parentela y los amigos. Quizás quedó algo más que llevo en confusión en la mente, quizás en otro órgano vital reconocible, no sé. La esperanza de una nueva vida, mas grata, nos ha empujado a todos a la aventura, a lo desconocido, la tierra de porvenir nos espera.

Te iré contando mas.