domingo, 19 de febrero de 2012

¡ HOLA CHICOS !

Hola chicos. Hoy voy a intentar, en unas pinceladas, describirles el lugar y la vida que discurría, hace ya algunos años, en torno a tus antepasados mas cercanos, abuelos, bisabuelos. Me voy a centrar esta vez en la línea paterna, no sé si tan o mas desconocida para mi.


“Veo”, las cosas dentro de mis recuerdos en gran nebulosa y en ocasiones me es difícil separar la realidad de la imaginación, quizás en aras de añadir lo que falta en la memoria.

Imagina un lugar en el tiempo distante de tu edad, podemos retrotraernos sin dificultades, un siglo atrás.
Es un sitio bonito, pintoresco se diría hoy, con esas palabras novedosas que la modernidad va añadiendo a nuestro corto vocabulario, es todo campo semisalvaje, colinas y pequeños valles por doquier, aún se ve mucha vegetación, mil tonos de verde lo inundan todo, hay agua abundante alrededor, la tierra es rojiza, seguramente por un componente férrico, no hay muchas casas, casi todas humildes.
En una especie de cruce parten caminos, que no carreteras, porque son de tierra, en direcciones opuestas, unas van en sentido norte camino de los montes cercanos, otras en sentido noreste, otras sur y por la que nosotros llegamos que tiene un sentido claro suroeste.
En la esquina hay un abrevadero, dornajo, para las bestias, enfrente un establecimiento que sirve como cafetería-bar, lugar de reunión y venta de comestibles, todo en uno, es un sitio acogedor poblado de gente curiosa que recibe al foráneo con una dosis de admiración y extrañeza. En el extremo sur un barranquito forma una honda herida en el terreno, es húmedo y el invierno en este lugar debe ser terrible.
En ese corte del terreno existe una casita de piedra seca con techo de paja. Abundan pequeños animalitos sueltos por el lugar, quícaras, gallinas, perros y gatos, entre otros. Algunos perales y manzanos amen de otras frutas y muchas zarzas y ortigas.
En ese lugar alegre y sombrío a la vez, dependiendo de las estaciones y la escasez o abundancia, nace tu antepasado masculino.


Tengo escasas noticias de aquel hecho. Fue el último de los hermanos en nacer y no llegó al mundo en el mejor momento ni en el mejor lugar. La familia, si puede llamarse así a una tribu campesina que vive de explotar los recursos del monte, era extremadamente pobre. Aquí los hermanos mayores cuidad de los mas pequeños. Yo he sabido de la existencia de una abuela con varios hijos, la conocí. Alta, rubia, ojos grandes azules como el cielo, con un aire de salvajismo en el semblante, peleona, con la piel arrugada por el incesante trabajo, ese es mi vago recuerdo de ella.


Él crece casi desnudo y descalzo, creo que así transcurre su vida durante los años juveniles, hasta que por fuerza mayor se ve obligado a trasladarse a la pequeña capital, allí le “calzan” un uniforme.
Desconozco la mayoría de los acontecimientos de su niñez, reconociendo el lugar, la época y la familia en que le tocó nacer, no hay que hacer mucho malabarismo mental para hacerse una idea bastante exacta del diario vivir. Trabajo en el monte cercano recolectando leña para el fuego de la casa y no se que mas. No tengo conocimiento de que la familia poseyera siquiera un trocito de terreno donde exprimirle algo a la naturaleza, con lo cual concluyo que ignoro por completo como se ganaban el diario sustento.
Imagino la humilde vivienda, oscura, sin apenas mobiliario, cocinando fuera sobre tres teniques. Solo imaginar tal panorama hace que recorra mi espalda un frío relámpago. Esa sin embargo es la noción que tengo de tu antepasado mas cercano.



Una vida dura, durísima, plena de escasez de todo lo indispensable para la vida, como la concebimos hoy. Una vida corta biológicamente hablando y larga en sufrimiento, hasta que el último viaje se presenta prematuramente.