Larissa (yo la llamo así) es una joven mujer de poco mas de veinte años, nacida en el hemisferio norte, en un lugar lejano y remoto.
Su piel es tostada, por el sol, no define con claridad sus ancestros u origen real.
Es de figura estilizada en extremo, de mediana estatura, según los cánones actuales, sedoso pelo castaño poblado de graciosos bucles en espiral, cejas finas enmarcan unos ojos del color de la canela, su nariz es de estilo griego, su boca es carnosa y el mentón firme.
Su cuello es altivo, las manos son dos alegres mariposas que irremediablemente revolotean alrededor de su cuerpo, sus piernas firmemente torneadas soportan, como columnas, un cuerpo bellamente esculpido, la cintura define con elegancia ambas partes de su anatomía que culmina en unos pechos, que sin ser grandes, su turgencia denota firmeza y volumen.
Sus prominentes glúteos bellamente formados completan su atractiva figura que acaba en una espalda recta, limpia y firme.
Sus ojos, que están provistos de una mirada penetrante, son dulces a la vez y se adornan con unas pestañas que parecen alas sobre una flor.
Posee una sonrisa espontánea que cautiva, engarzada en unos labios de un tenue carmín, su boca es una caja de caudales en cuyo interior se guardan celosamente los diamantes