En Canarias casi nada es normal, la vida misma es algo anormal.
No solemos tener conciencia propia de las cosas y tendemos a situarnos en los extremos opuestos.
Para expresarnos utilizamos expresiones opuestas; "es chiquitico", es "grandotote"
Generalmente nos resignamos con casi todo, "porque Dios lo manda" "no podemos hacer nada", ese tintineo constante en los oídos hace que esa canción parezca norma, pero no lo es.
El motivo hoy de este escrito es la lluvia. No debería ser un motivo de alarma, salvo excepciones.
Sin embargo en Canarias la lluvia es nefasta si lo hace descargando gran cantidad de agua en determinados lugares.
La geografía de las islas es montañosa y se alcanzan cotas altas en pocos kilómetros. El agua, como es sabido, discurre hacia los barrancos formando torrentes y cascadas. Si desaguan varios barrancos en uno solo el caudal de agua puede ser muy considerable. Si a eso añadimos las pésimas condiciones urbanísticas y la suciedad acumulada en los mismos, tenemos el caldo perfecto para que surja la desgracia.
Ademas de los cuantiosos daños materiales y económicos de vez en cuando se ceba también con algún humano.
Todo esto se podría evitar en gran parte si la dejadez politica dejara de funcionar como tal y se propusiera trabajar por la ciudadanía, olvidan que se les paga para hacerlo.
Por tanto no puedo estar de acuerdo con la conseja de que "es lo que Dios nos manda", ni mucho menos. Hay que exigirles.
Ademas aseguro que dios no ha tenido nada que ver.