viernes, 12 de septiembre de 2014

Hoy si voy a contar.
Asistí a un juicio. Al entrar pedí permiso, es mi costumbre y dí los buenos días, no hubo respuesta.
Frente a mi estaba una especie de juez, a mi derecha un acusador y a mi izquierda un defensor.
Los tres tuvieron turno de palabra alternativamente. A pesar de estar cerca la audición era escasa. Al de mi derecha no se le oyó nada, era como el vuelo del moscardón.
A las personas interesadas no se les miró, no se les escucho, no se les pregunto. Ellos lo cocinaron en silencio y se lo comieron ellos solos.
El de la derecha que nunca levantó la vista, tuvo una mirada furtiva de milisegundos sospechosa.
Total. Me pareció una obra bufa.
No somos nada.
Tenemos deberes mas no derechos, los derechos son solo de ellos.

martes, 9 de septiembre de 2014


No hay mucho que contar, aunque existe mucho que decir y mas que protestar.
Cuando pasaba hoy con mi vehículo me detuve en un semáforo en rojo. Justo al lado, sentado en una escalera, se encontraba un señor mayor, yo también soy mayor, estaba hablando por teléfono móvil, esos cacharros siniestros que ahorita están en todas partes, son una plaga.
Ayer fui a Correos y frente a mi estaba sentadas esperando como yo, nueve personas, las conté, no eran muchas. De las nueve personas que allí se encontraban, cinco tenían su teléfono en la mano y todos tecleaban algo, no se que cosa. Hice cálculos mentales. De las nueve personas, cinco de ellas estaban con el celular en la mano, calculé el porcentaje, mas de cincuenta por ciento. Sirve para aislar a la gente un poco mas.
El señor mayor al que me refería y a la pregunta de alguien al otro lado contestó: echando días pa tras.
Resumen: Yo me niego a echar días pa tras. Hay que usar los días y echarlos para adelante.