viernes, 12 de septiembre de 2014

Hoy si voy a contar.
Asistí a un juicio. Al entrar pedí permiso, es mi costumbre y dí los buenos días, no hubo respuesta.
Frente a mi estaba una especie de juez, a mi derecha un acusador y a mi izquierda un defensor.
Los tres tuvieron turno de palabra alternativamente. A pesar de estar cerca la audición era escasa. Al de mi derecha no se le oyó nada, era como el vuelo del moscardón.
A las personas interesadas no se les miró, no se les escucho, no se les pregunto. Ellos lo cocinaron en silencio y se lo comieron ellos solos.
El de la derecha que nunca levantó la vista, tuvo una mirada furtiva de milisegundos sospechosa.
Total. Me pareció una obra bufa.
No somos nada.
Tenemos deberes mas no derechos, los derechos son solo de ellos.

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